Vamos a ponernos cómodos, cerramos los ojos practicamos la respiración en siete tiempos, inhalamos, mantenemos la respiración y exhalamos. A medida que vamos respirando, vamos relajando todo nuestro cuerpo. Empezamos por los músculos de nuestra cara, nuestro cuello, seguimos respirando en siete tiempos, soltamos los músculos de nuestra espalda, de nuestros brazos, soltamos nuestro abdomen, relajamos nuestras caderas, tomamos otra respiración profunda y con ella vamos sintiendo como se relajan nuestras piernas, nuestros pies. Vamos a enfocarnos en nuestro Corazón. Vamos a ver la fuerza que tiene nuestro corazón. Más allá del corazón físico que es el que nos mantiene vivo existe el corazón espiritual, que es el centro de nuestra sabiduría y del amor. A través de él podemos conectarnos con el ser superior, con nuestra alma. En nuestro corazón la conciencia se expande, allí nuestro ser se unifica con todo lo creado, en su propia luz, en su propia conciencia. Somos parte de