Mensaje Celestial
A todos los hermanos de la Tierra nos dirigimos; por la Voluntad de Dios/a que todo lo puede les decimos que recojan su poder, tomen el mando de sus vidas, vuelvan a la Gracia, brinquen entre campos fértiles acariciados por la brisa que se agiganta por los Álamos.
Sean su mejor versión, la que Es en el Espíritu, latan en Madre Tierra, está ahí para brindarse, eleven sus corazones a la puerta abierta del Alma, que los lleva al camino, donde la fuente se embriaga en la pureza del agua infinita, el agua viva, la sustancia que se conmueve con vuestra llegada. Porque amados son por ella y en ella, en sus brazos descansa la verdad tan ansiada por el guerrero que esculpe su espada, que pule su escudo para fundirse en la lucha ya ganada.
Amados son por la luz cegadora, que de centellas dulces colma sus ojos, los que sí ven a través de ella y para ella. En su suavidad vuelan las luciérnagas que iluminan al caminante, cobijadas por las frescas ráfagas que dan fuerza desde el Espíritu, que arde en la infinidad de la flama.
Vuélvanse a la luz, atraviesen sus velos, el ejército de la blanca radiante los acompaña, para sostenerlos, con el Amor que se suscribe en el ojo de Dios/a mismo.
Que vuestras raíces se vuelvan una en la estrella de Gaia, para que el puente se fortifique en la víspera, para la llegada del Cielo a la Tierra.
Ustedes son el vehículo para que eso pase, son Dios/a caminando en la Tierra, despierten, mírense, reconozcan su verdadera naturaleza, son creadores, hacedores, el fruto del trabajo dispuesto para el autoconocimiento de Dios/a, sus Hijos amados, su luz que juega a ser materia, su fragancia que adorna los campos fenicios del comandante. Desde los confines de su pensamiento él los piensa, él los ama, se extiende en ustedes, como la tierra mojada clama por la siembra, esa es su morada.
Desde la primera cosecha de la Luz son su regalo, en el que se ofrece como Padre protector, guía a quién lo busca con un ramo de jacintos en su mirada. Siente hermano como Dios/a acaricia tu rostro con la ternura de quién no reclama, con la Paz de quién no sabe de soberbia porque la humildad ha cautivado su Alma.
Ese Amor es la bondad tan recitada, tan aclamada y poco practicada, es la esfinge que esgrime la compasión que se mece entre telas suaves y que por la Libertad es acunada. Ríe con la fuerza del universo en Ti, Dios/a Es en Ti, y tú en él, su mirada.
A todos los hermanos de la Tierra nos dirigimos; por la Voluntad de Dios/a que todo lo puede les decimos que recojan su poder, tomen el mando de sus vidas, vuelvan a la Gracia, brinquen entre campos fértiles acariciados por la brisa que se agiganta por los Álamos.
Sean su mejor versión, la que Es en el Espíritu, latan en Madre Tierra, está ahí para brindarse, eleven sus corazones a la puerta abierta del Alma, que los lleva al camino, donde la fuente se embriaga en la pureza del agua infinita, el agua viva, la sustancia que se conmueve con vuestra llegada. Porque amados son por ella y en ella, en sus brazos descansa la verdad tan ansiada por el guerrero que esculpe su espada, que pule su escudo para fundirse en la lucha ya ganada.
Amados son por la luz cegadora, que de centellas dulces colma sus ojos, los que sí ven a través de ella y para ella. En su suavidad vuelan las luciérnagas que iluminan al caminante, cobijadas por las frescas ráfagas que dan fuerza desde el Espíritu, que arde en la infinidad de la flama.
Vuélvanse a la luz, atraviesen sus velos, el ejército de la blanca radiante los acompaña, para sostenerlos, con el Amor que se suscribe en el ojo de Dios/a mismo.
Que vuestras raíces se vuelvan una en la estrella de Gaia, para que el puente se fortifique en la víspera, para la llegada del Cielo a la Tierra.
Ustedes son el vehículo para que eso pase, son Dios/a caminando en la Tierra, despierten, mírense, reconozcan su verdadera naturaleza, son creadores, hacedores, el fruto del trabajo dispuesto para el autoconocimiento de Dios/a, sus Hijos amados, su luz que juega a ser materia, su fragancia que adorna los campos fenicios del comandante. Desde los confines de su pensamiento él los piensa, él los ama, se extiende en ustedes, como la tierra mojada clama por la siembra, esa es su morada.
Desde la primera cosecha de la Luz son su regalo, en el que se ofrece como Padre protector, guía a quién lo busca con un ramo de jacintos en su mirada. Siente hermano como Dios/a acaricia tu rostro con la ternura de quién no reclama, con la Paz de quién no sabe de soberbia porque la humildad ha cautivado su Alma.
Ese Amor es la bondad tan recitada, tan aclamada y poco practicada, es la esfinge que esgrime la compasión que se mece entre telas suaves y que por la Libertad es acunada. Ríe con la fuerza del universo en Ti, Dios/a Es en Ti, y tú en él, su mirada.
Canalizado por Tíffany Pereira 28/07/20, mensaje de la Hueste Angelical.
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