Tu mano tendida y posada en mi espalda, invitándome a iniciar el camino y mostrándome que soy la protagonista de ese camino, mi destino.
Puedo adornarlo como más me plazca, el camino es bello porque hay belleza en mi.
El destino no es visible porque recién comenzamos, pero la dirección se aclara mientras enfoco la vista e inicio la marcha. Así pudo vislumbrar hacia dónde ir.
La claridad enciende mi corazón, que se vuelve más brillante, sonante, musical, cristalino, intenso y armónico. Y los colores se multiplican dentro y fuera.
El viaje es interno, pero también es hacia afuera.
Cuando decida abrir los ojos, encontraré compañeros de camino que en
momentos me extenderán la mano. Y en otros, seré yo quien los asista.
Reconocerlos, comprender el momento adecuado, será la tarea a desarrollar. Caminar con ellos y nosotros es mi misión, nuestra misión.
Embellecer el camino es la tarea de todos. Las huellas de nuestro andar deben quedar manifiestas. No deben ser imperceptibles.
Texto e imagen canalizados por Mariela Gingarelli el 16-07-2019
Y así es! Gracias!
ResponderEliminarMuy hermoso, gracias <3
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