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Tratado de los siete rayos.



Pregunta 3. ¿Puede ser comprobada la realidad de la existencia del Alma?

  Puede decirse que la creencia en la existencia del alma en gran parte es cuestión del temperamento, anhelo y deseo de esas épocas en que el hombre luchaba, sufría y aliviaba la tensión del vivir, creando un cuerpo mental alrededor de un ser feliz e inmortal, que oportuna y finalmente lo libraría de todas las vicisitudes de la existencia física. El alma puede ser considerada como una hermosa visión o una alucinación, porque lo único que prueba su existencia es el testimonio sin base sólida alguna, dado por muchos místicos que en el transcurso de las épocas han hecho contacto con Ella y obtuvieron experiencias que podrían tildarse de ilusorias, o ser el resultado de lesiones cerebrales o reacciones escapistas dando testimonio milenario a una creencia sobre el alma y su inmortalidad, para lo cual no existe una justificación verdadera.
Cuando la humanidad esté segura de su divinidad e inmortalidad y haya adquirido conocimiento sobre la naturaleza del alma y el reino en el cual funciona el alma, su actitud hacia la vida y los asuntos cotidianos sufrirán tal transformación que veremos surgir en verdad un nuevo cielo y una nueva tierra. Una vez que esta entidad central, dentro de cada forma humana, sea reconocida y se conozca por lo que esencialmente es, y su divina persistencia sea establecida, entonces, lógicamente, veremos el comienzo del reinado de la Ley divina en la tierra -ley impuesta sin fricciones ni rebeldías. Esta reacción benéfica se producirá debido a que los pensadores de la raza serán fusionados en una percepción general del alma y en la consiguiente conciencia grupal, que les permitirá ver el propósito que subyace detrás de la actuación de la ley.
Cuando los hombres hayan desarrollado por la meditación y el servicio grupal, la percepción de sus propias mentes controladas e iluminadas, hallarán que han entrado en la conciencia del verdadero ser y en un estado de conocimiento por el cual comprobarán, fuera de toda duda y controversia, la realidad de la existencia del alma.

Nuestro presente ciclo es el fin de la era; los próximos doscientos años verán la abolición de la muerte, tal como ahora comprendemos esa gran transición, y el establecimiento de la realidad de existencia del alma. El alma será conocida como un ente y como impulso motivador y centro espiritual que está detrás de las formas manifestadas.
Nuestra hermandad universal y nuestra esencial inmortalidad serán demostradas y comprendidas como hechos reales de la naturaleza. Al establecer la realidad de la existencia del alma y su expresión, el cuerpo, emerge la totalidad en toda su plenitud. La realidad de la existencia del alma será reconocida por la raza de muchas maneras, y la revelación vendrá desde tan distintas direcciones que todos los tipos de mente serán satisfechos. Describiré solo algunos.
Esta sensibilidad es la respuesta del mecanismo del hombre a los acontecimientos que se aproximan, y la raza en su totalidad está siendo condicionada en tal forma que estará preparada para "ver y oír" aquello que hasta ahora no había sido revelado.
El primer paso para sustanciar la realidad de la existencia del alma es establecer la supervivencia, aunque esto no probará necesariamente la inmortalidad.
El primer reconocimiento comprobado de la existencia del alma llegará de entre los pensadores de la raza; acontecimiento que será resultado del estudio y el análisis que harán los psicólogos del mundo sobre la naturaleza del genio y la significación del trabajo creador.
Los últimos mencionados estados supernormales se expresan por medio de los grandes artistas, músicos, dramaturgos, escritores y muchos otros tipos de trabajadores creadores que han sido la gloria del reino humano en el transcurso de las épocas y que brillarán con mayor gloria durante el siglo venidero.
Se descubrirá que el trabajo telepático se efectúa de mente a mente o de alma a mente, y no implica forzosamente comunicaciones y contactos de cerebro a cerebro.

Sin embargo, la ayuda más grande vendrá de la ciencia. La existencia del alma será oportunamente comprobada mediante el estudio de la luz y la radiación y por una futura evolución de las partículas de luz.
La cualidad de la luz que promueve y nutre el crecimiento, la vitalidad y la fertilidad de los reinos de la naturaleza han cambiado varias veces durante las pocas y a medida que lo han hecho ha producido las correspondientes mutaciones en el mundo fenoménico. Desde el punto de vista esotérico todas las formas de vida de nuestro planeta son afectadas por tres tipos de sustancia de la luz, y en los momentos actuales un cuarto tipo hace sentir gradualmente su presencia. Estos tipos de luz son:
1. La luz del sol.
2. La luz del planeta mismo, no la luz reflejada del sol, sino la propia radiación
inherente.
3. La luz que se filtra (si puedo utilizar esta palabra) desde el plano astral; la
constante y gradual penetración de "luz astral" y su fusión con los otros dos
tipos de radiación.
4. La luz que comienza a fusionarse con los otros tres tipos y proviene de ese
estado de materia que llamamos plano mental -luz que a su vez se refleja
desde el reino del alma.
La intensificación de la luz es continua. Dentro de poco tiempo dicha intensificación llegará a ser tan grande que ayudará materialmente a rasgar el velo que separa el plano astral del plano físico; la trama etérica que divide a ambos, pronto se disipará y permitirá que afluya en forma más rápida el tercer aspecto de la luz.
Por una parte afectará profundamente al ojo humano, y
hará que la actual esporádica visión etérica sea un acervo universal. Pondrá dentro del radio de nuestro alcance la gama de los colores infrarrojo y ultravioleta y veremos lo que está oculto actualmente. Todo esto tenderá a destruir la plataforma de los materialistas y a preparar el camino; primero, para admitir el alma como una hipótesis sólida y, segundo, para demostrar su existencia. Sélo necesitamos más luz, en sentido esotérico, a fin de ver el alma, luz que estará en breve disponible para comprender el sentido de las palabras: "Y en Tu luz veremos la luz".
Las investigaciones
intentadas hasta ahora y las explicaciones dadas, son inadecuadas y no explican
satisfactoriamente los hechos. Sin embargo, cuando se investiguen desde el punto de vista del alma, con su facultad de omnisciencia, libre de las definiciones del pasado, presente y futuro (pues se pierden en la conciencia del Eterno Ahora), entonces se comenzará a comprender con un poco más de claridad el proceso. Cuando se reconozca el verdadero Morador en el cuerpo, se descubran las leyes de previsión y prevalezca en la mayoría el poder de preveer, se hallarán grandes pruebas de la existencia del alma, y era imposible explicar los fenómenos comunes que ocurren, sin admitir antes la existencia del alma.
El estudio del alma será, dentro de poco, una investigación tan legítima
y respetable como la de cualquier problema científico, así como lo es la investigación de la naturaleza del átomo. La investigación del alma y de las leyes que la rigen, ocupará dentro de poco tiempo la atención de las mejores mentalidades. La nueva sicología logrará oportunamente comprobar la realidad de su existencia; paralelamente la respuesta intuitiva e instintiva del género humano a promover el crecimiento del alma, que emana del aspecto invisible de la vida, comprobará, constante y triunfalmente, la existencia de un ente espiritual en el hombre –ente omnisapiente inmortal, divino y creador.
En un menor número de casos, la persona que recibe un dictado o escrito, está
en relación telepática con algún aspirante más avanzado que él, y su mente está
siendo impresionada por un discípulo de su grupo, el cual impresiona su mente
porque se encuentra más cerca del Maestro y le trasmite alguno de los conocimientos que ha asimilado, porque es capaz de vivir dentro del aura del Maestro. El Maestro no interviene en el proceso, es cuestión de discípulo y aspirante.
Sentimos profundo agradecimiento por la acrecentada respuesta y sensibilidad del hombre.
El hombre sabrá muy pronto que el alma no es una ficción de la 

imaginación, ni la simple forma simbólica de expresar una esperanza profundamente arraigada, ni el método utilizado por él para construir un mecanismo de defensa; tampoco una forma ilusoria de evadirse de un presente angustioso. Sabrán que el alma es un Ser, un Ser responsable de todo lo que aparece en el plano fenoménico.






Bibliografia utilizada:
Tratado sobre los 7 Rayos. 
Tomo I. Psicologia Esoterica.   Djwhal Khul. Alice A. Bailey 
 Resumen del Capitulo II realizado por Marce Dececo

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