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Un mensaje de Amor a los Humanos. Madre Divina Cósmica.

Dos mil diecisiete es el comienzo de un mundo basado en el Amor.

Dos mil diecisiete es un año cargado de Amor y nuevos comienzos.

Dos mil diecisiete es un año de energía femenina en acción.

 La Madre Cósmica te anuncia que la comunicación es importante. La hora de comunicar ha llegado y en el mensaje, en lo que ustedes llaman día, hay pautas para la resolución de conflictos mundanos.

Que suene el Ave María en la Tierra.

Que siembren las bases en esta Tierra aquellos que sus oídos han preparado para perpetuar este momento como el momento en que las semillas son sembradas.
Para que las semillas sean nutritivas y de luz deben haber manos de luz que las siembren. Si estás escuchando esto tus manos son la luz. Porque has sabido regresar de tus propias tinieblas. Un trabajador de la luz en la Tierra es aquel que ha construido su don. Y construir es el objetivo, es la acción, es el mensaje.
Generar surcos de provisión divina, donde las nuevas vibraciones de Amor lleguen como torrentes a todos aquellos que las necesiten.

Les pido a todas las almas despiertas, las invoco, las exhorto, las sano para que dejen su egoísmo de lado y construyan canales de luz entre los hombres. Los invito entonces, a dejar de construir fortalezas a su alrededor y construir canales por donde la energía de Amor fluya y pase hacia aquellos que se van a nutrir y van a crecer. Porque aquellos que se nutren de la luz son los niños que llegarán a ángeles; son los ángeles que llegaron a niños para sembrar en esta Tierra las bases de una comunidad de Amor.

 Descansen sus mentes y ya no piensen en como esto será posible. Descansen sus mentes y ya no discutan entre tecnología, evolución científica, metafísica. Sean Uno con todo lo que el humano es: Un gran constructor arqueólogo del destino de la tierra. La arqueología investiga lo que está debajo, sedimentado, guardado, construido por el humano. Porque en esas primeras bases la conciencia estelar era vívida. El camino equivocado fue y sigue siendo el ego humano y su clasificación. Entre estos están despiertos, estos están dormidos. Estos son reyes, estos son esclavos. Y desde acá, desde algún nivel superior en jerarquía, pero unificado en el Amor de Todos Somos Uno les digo, yo la Madre Divina, que esa clasificación los está alejando de ser los despiertos. Los está alejando de ser los conscientes. Es más consciente el que Es que el que cuestiona al que Es.

Dos mil diecisiete no es un año para indagar en evaluaciones metódicas, es un año para sembrar basados en la energía del Amor. Porque en tiempos posteriores que a nuestra mirada ya son, cosecharán en seres humanos maravillosos que llevaran la energía de toda la existencia humana hacia la luz, sanando, ordenando, revibrando en un canal más alto y más bajo. Porque más bajo es más cerca del centro y en el centro está el corazón de Gaia que trabaja en total concordancia con sus hijos. Todo lo que sus hijos son, Gaia es. Entonces si el humano trabaja en la construcción, la Tierra es construcción. Si el humano trabaja en la relación y la conexión, la Tierra es relación y conexión entre sus reinos. La intercomunicación entre los reinos unifica al ser completo de la Tierra, la hace reconocerse a sí misma y ser una con todos sus habitantes que vibran en su propia luz en su propia energía de Amor.


Que el rosado de su llama interna envuelva todo el pasado que hoy renace en impetuoso Amor y vibrante emoción hacia el Ser Real. Real de realeza, real de divinidad, son todos Divinos Seres de Luz.

A lo mejor decidan este dos mil diecisiete seguir cuestionándose, entonces esos cuestionamientos carcomerán su esencia y la guardarán en un espacio que se sentirá como un ser piedra y si ya convertidos en piedra quieren, sienten, el latir de lo que se esconde dentro de la dureza: evolucionaran, crecerán, amarán y sanarán como lo hace la roca, en el tiempo y en los años hasta convertirse en diamante, hasta convertirse en luz, hasta brillar en la protección de una existencia silenciosa.

Por lo cual, la sabiduría del planeta que habitan es en cada uno de ustedes. Pueden verse espejados en los elementos que los rondan. Pueden verse espejados en el amor que reciben de los otros, en el agradecimiento, en la lealtad a Ser uno mismo, en el amor al bien, el bien entendido como aquello que realiza al Ser y protege toda aquella existencia a su cargo. Porque así como la Tierra protege sus existencias, ustedes protegen las existencias a su cargo.

Cuál es la propuesta de este día?
Conectar con este canal de comunicación y brindarles a todos un amoroso comienzo de la energía del Amor que encuentra los canales para regar la siembra que comienza a conectar con la Tierra.

Síganse a sí mismos en la vibración de la individualidad única de su existencia y sean tan Uno con Todo lo que los ronda que olviden el separarse para evolucionar.

Esa individualidad es la que los hace únicos. Si cada uno hace ese aporte individual al mundo construye una vibración de Unidad. Sean tan únicos como unificados. Sean tan Uno en la magnitud completa como uno en la pequeñez de la existencia. 

Trabajen, descubran, inventen y crezcan. Sembrando y cosechando, sembrando y nutriendo. La femineidad de la Tierra más activa que nunca busca resaltar el Amor en todos sus hijos.

Ahora a todos aquellos que estén escuchando o recibiendo esto, los invitos a tomar esta luz rosa, esta luz blanca y dejar que su garganta sea envuelta por esta luz y su columna vertebral completa nutra a todo el cuerpo de esta vibración de Femineidad y Amor.

Y que esa vibración de Femineidad y Amor abrace al masculino de todas sus existencias. Lo abrace, lo ilumine y le permita expresarse en esto que él es. Ustedes son un masculino que hoy es abrazado por la total luz blanca y rosa de nutrición de la Madre Divina. El masculino de cada uno de ustedes toma fuerza en esta vibración de Amor y como un niño se deja envolver y sanar para ya hombre emanar sanación, Amor.

En la distancia no hay espacio, la distancia no es, la distancia no existe. Ustedes son toda la existencia unificada ahora. Acepten esta experiencia como un mensaje, como un mostrar el camino, como un armar el nido para lo que vendrá. Sean pacíficos, sean confiados en su interior, cesen de los argumentos de la mente, cesen cuando estén en contacto con su fuero más íntimo. Cesen cuando la divinidad en ustedes inunde sus acciones. Cesen del pensamiento material y materialicen el pensamiento espiritual. 

Cada alma sabe qué hacer y cada alma encuentra la respuesta en su camino, en su propio camino. Que ese camino unificado para todos e individualizado para que cada uno sea siempre nutritivo y amoroso en la gloria de aquello que ya es.

Felicidades. Bendiciones. Saludos y Flores Divinas para todos los habitantes de la Tierra que son parte de este Plan de Amor y de Luz.

Los honramos, los bendecimos y los acompañamos en este hermoso camino.

Por supuesto no están solos porque son parte de este todo mayor. Por supuesto eso que llamamos los otros existe pero existe en nosotros. A reflexionar desde el corazón y desde el ser qué es aquello que veo y que pienso que no es. Porque aquello que puedo observar y puedo entender o negar Es y dónde es, es dentro de mí, dentro de cada uno.

La luz crece y se expande. Sean esa luz expansiva. Sean Amor y Bondad como nosotros somos Amor, Bondad y Verdad en ustedes. Acompañen a sus hijos como los acompañamos a ustedes. Iluminen orienten y conecten a cada ser con su propia esencia de luz.

Que escuche aquel que sus oídos hayan sido limpiados para escuchar, aquel que sus sentidos estén más en conexión con su esencia que con su apariencia. Aquel que sus oídos sean receptores de mensajes de Amor y de Luz, de Verdades Divinas y ya no de excusas, críticas y argumentaciones. Que se limpien lo oídos del mundo. Y se activen las escuchas de Amor que pronto crearán palabras de Amor. Reciban para dar, reciban para multiplicar, reciban para compartir.

Canalizado por Beatriz Sirio el 2 de enero de 2017.

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